sábado, 5 de octubre de 2013

NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA

Era cualquier día de Enero de 1977 y hubo, para un grupo de marineros americanos, una esperada escala en el puerto de Barcelona durante una noche. Noche barcelonesa conocida por ellos mas por alcohol, prostitutas y drogas que por la mismísima arquitectura modernista.
Hora máxima para volver a embarcar:  las 3 am,  para llevarles de vuelta al portaviones de la US Navy, ya que por sus dimensiones se quedó anclado fuera del puerto.
Los jóvenes hambrientos de fiesta nocturna se fueron dispersando por el Barrio gótico y sus alrededores en busca de juerga y sexo.
A cual mas borracho, uno de ello, Johnny, se metió a "tomarse la última" en un bar del número 30 de la Calle Escudellers (Bar California), calle próxima al puerto y un antro donde acuden este tipo de "turistas".



Sería fácil imaginarse a ese marinero totalmente embriagado, notandose como todo se le iba girando, y con mucho esfuerzo pidiendole a la dueña del Bar, la Mari, donde está el cuarto de baño. El tipo haciendo "eses" intenta como puede llegar a su destino... pero con tan mala suerte que se equivoca de puerta y acaba en el almacen del Bar California.. y lo típico, oscuridad, tropiezo, caigo al suelo, golpe y a dormir la mona. Justamente la dueña ese dia no tuvo que cargar cámaras y no le hizo falta entrar a su almacén. Eran las 3 am... hora de cerrar el local.
Al cabo de un rato, el marinero americano se reincorpora con su autoseguida sorpresa de encontrarse dentro de ese bar con la persiana bajada y sin posibilidad de salir... supongo que no dejaría de pensar en el marrón en el que se habia metido y la que le caería por parte de sus superiores por no presentarse en el puerto a la hora prevista.
No le quedó mas remedio que esperar unas horas a que se volviera a abrir el Bar.
Cuando llega la dueña y abre su local  se encuentra al marinero, lo abraza fuertemente y le dice: ¡Esta noche has vuelto a nacer!

Se supo horas más tardes que la embarcación que debía llegar al portaviones anclado cerca del puerto tuvo una colision con el Mercantil Basc Urlea y 49 de los 130 marineros que debian regresar murieron ahogados.

Un año mas tarde el Ayuntamiento decidió erigir un monumento cerca del lugar del siniestro en recuerdo a las víctimas y a las personas que ayudaron en las tareas de rescate. Se encuentra en el Moll de les Drassanes, donde pasa inadvertido por la gente debido a estar al lado de la colosal estatua de Colón.




Respecto a la historia del marinero Johnny y la dueña del Bar California, se supo que 2 años mas tarde los padres del chico viajaron hasta Barcelona para darle las gracias a la Mari en persona, que sin querer salvó la vida de su hijo dejandolo encerrado en su bar.

Desde entonces, y sabiendo que La Mari cerró el bar por jubilacion, el marinero americano le manda una carta todos las Navidades acordándose de ese episodio,  con fotos de el con su familia ... en señal de agradecimiento.

Actual nº 30 del Carrer Escudellers



No hay comentarios:

Publicar un comentario